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Elecciones Perú 2021: Entre la polarización y los extremos

Acabó la primera vuelta de las elecciones generales en Perú y los resultados preliminares nos hacen ver un fenómeno que veíamos hace ya mucho tiempo y es que existen dos miradas distintas de como se ve al país muy distintas que con el paso del tiempo se han ido alejando y radicalizando. La victoria de Pedro Castillo un profesor de un escuela rural de la zona de Cajamarca en primera vuelta no hace más que reafirmar la teoría de que el país ha venido creciendo desigualmente y que la pandemia agudizó más esas diferencias entre las grandes ciudades de la costa junto a lima versus el resto del interior del país. Esa desigualdad se ha manifestado en la ausencia del Estado en brindar los servicios mínimos necesarios para el desarrollo de pueblos y comunidades, debemos recalcar aquí que esto no es reciente, esta desigualdad viene agudizándose hace más de 30 años. Mientras las grandes zonas metropolitanas de la costa veían un progreso falaz con grandes malls, las zonas altoandinas y de la selva vivían en la miseria.

Entonces ese voto protesta ha venido subiendo a medida que la desigualdad se fue agudizando y  fue capitalizado en su momento por Humala el 2006 y 2011, luego por Veronika Mendoza el 2016 y ahora en esta crisis en pleno pico de la segunda ola de la pandemia del COVID-19 por Pedro Castillo.

También podemos destacar que dentro de la plataforma electoral de Castillo podemos ver una política de izquierda conservadora en lo social en contra del acceso a derecho a las minorías y a los movimientos feministas y una dura crítica a todo el establishment político incluyendo a sus potenciales aliados para las segunda vuelta (como Veronika Mendoza).

La sorpresa —si es que se le puede decir así—respecto a los resultados solo fue en Lima y en las grandes ciudades de la costa, en el resto del país la cosa estaba clara se debía cerrar filas por Castillo convencidos de que su plataforma de izquierda radical revierta la situación de desigualdad y pobreza y que los candidatos del espectro de la derecha no vieron nunca venir el tsunami Castillo, preocupados estaban más bien por Veronika Mendoza y cuando lograron reaccionar, solo fue para ver que Castillo pasaba a segunda vuelta. La lección que le queda a la derecha peruana es que buscó cerrarle el paso a la centro izquierda o izquierda progresista de Mendoza y le dejaron la cancha libre a Castillo y ahora han despertados todos sus peores miedos.

Tampoco es justo satanizar, ni estigmatizar al votante de Castillo. Ese voto protesta es algo que muchos en Lima nunca quisieron ver o buscaron minimizar. Del otro lado en Lima la que ahora acusa de ignorancia a la zona sur del país al momento de votar no mira cómo es que le han dado apoyo a la extrema derecha, otro fenómeno que apareció con fuerza esta elección en la figura de Rafael López Aliaga y que por poco no ha pasado a segunda vuelta.

Del otro lado tampoco no sorprende el pase de Keiko Fujimori a segunda vuelta, pese a que tuvo una mala campaña, le basto recobrar su voto duro en el norte y oriente del país para pasar. Ha perdido apoyo respecto a su abrumadora votación de la primera vuelta de hace 5 años. Es más otro fenómeno que afecto la candidatura de Fujimori fue la fragmentación del voto en la derecha e inclusive López Aliaga ha querido desfujimorizar esto hablando de la dictadura fujimorista.

A nivel congresal tendremos un Congreso más fragmentando que el actual que estaría formado por entre 12 a 9 bancadas, y con bloques claramente definidos tanto en la derecha como en la izquierda, cosa que haría difícil nuevamente la gobernabilidad.

Los otros grandes perdedores han sido los partidos de centro que han desaparecido y han dejado paso a los partidos más a los extremos.

Ahora en este escenario quedan algunas cosas por ver:

1.- Keiko Fujimori no la tiene fácil, es su escenario más favorable, pero no tiene que confiarse. Su antivoto es altísimo aún.

2.- ¿Castillo moderará su discurso como lo hizo Humala el 2011? Queda ver como el antifujimorismo se acomoda, mucha gente no se decide por Castillo de primer momento por su agenda conservadora.

3.- Si gana Castillo no podrá impulsar gran parte de su plan de gobierno por un congreso fragmentado donde si bien la bancada sería la más grande por sí sola deberá buscar consensos para sacar sus propuestas adelante.

3.- ¿Qué partidos se alinearan con uno y otro candidato?

En conclusión muchas de estas cosas se aclararán en próximos días.

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